Un 2020 de contrastes con una constante: La NFL

Y se fue el año. NFL.

Y llegó el siguiente.

El ciclo no para, la vida no conoce de pausas, no podemos elegir –como en los videojuegos– un tiempo fuera para aclarar la cabeza, analizar nuestras opciones, plantear escenarios o siquiera ir al baño.

El 2020 llegó como se fue, con tumultos, infortunios, corajes, tristezas y, como en la vida humana, altibajos, porque también hubo alegrías, sorpresas, momentos más íntimos con los más queridos y un replantear general por parte de millones.

Todo eso en la NFL, pero también aplica en la vida diaria.

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La liga inició sus operaciones de esta temporada el 18 de marzo –con negociaciones dos días antes– en un momento donde millones de personas en todo el mundo se encontraban en uno de tres posibles escenarios. 1.- Iniciando un confinamiento. 2.- Preparándose para iniciar un confinamiento. 3.- Negando la existencia de un problema para que se diera un confinamiento; al final, el resultado fue el mismo: La NFL 2020 inició.

Porque este año lleno de cambios y claroscuros, tuvo todos los tonos.

Más allá de las principales –y verdaderas– penas en cuestión de salud de millones de personas, la NFL se topó con serias amarguras como ver la gran mayoría de sus juegos sin aficionados, suspender las visitas fuera de Estados Unidos, recortar las interacciones en los campos de entrenamiento, limitar los contactos fraternales dentro de los vestuarios, cancelar la pretemporada (con sus dudas sobre si colocarlo en la columna de las amarguras es lo correcto), realizar scoutings y entrevistas únicamente de forma virtual o no poder darle a los aficionados esa alegría de juntarse en grupos para disfrutar del futbol americano, ya sea en estadios, fiestas o en grandes números en sus propias casas.

Los estadios se llenaron pero no de gente, sino representación de aficionados en cartón (Foto: Washington Football)
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Pero la sombra solo se crea por culpa de la luz.

Este 2020 nos regaló un lado más humano de la NFL. Jugadores, equipos y liga en general involucrada en un movimiento social tan importante como Black Lives Matter y la lucha contra la injusticia racial en todo el mundo; equipos envueltos en el proceso electoral abriendo sus instalaciones para facilitar las complicadas votaciones en EE.UU., o jugadores que lo hicieron desde su propia trinchera, ejemplos hay muchos, pero, para mí, imposible ser mejor representados que en Lauren Duvernay-Tadif y su decisión de no jugar esta temporada para ejercer su profesión de médico.

El juego evidentemente también tuvo sus claroscuros.

De las primeras semanas repletas de lesiones que nos privaron de grandes jugadores para toda la temporada a las gratas sorpresas que llenaron sus sitios;  los tailgates vacíos y sin la camaradería entre hermanos aficionados, al Draft con mayor audiencia en la historia, pese a ser de manera virtual; de los Broncos sin QB, a los Dolphins con dos; de jugar en estadios diseñados para futbol soccer y beisbol, a nuevas maravillas en Los Ángeles y Las Vegas. Primeras rondas decepcionantes –o cortadas antes del fin de 2020–.  Undrafted rookies que superaron las expectativas. Después, el temor ante una posible temporada cancelada a la maravilla de un nuevo año impresionante.

Cara y cruz. Pero la moneda es la misma: de una liga que era la mejor del mundo, a una liga que se mantiene como la mejor del mundo.

Llegó el 2021, y, en un momento, se acaba.

 

Pedro Arnau

NFL

 

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