A la hora de hablar de los mejores jugadores de la liga en cada posición resulta complicado ponerse de acuerdo. Éste es uno de los debates en los que nunca se va a llegar a un consenso unánime. Cada aficionado tendrá sus favoritos por las razones que considere oportunas. Porque sea de su equipo, porque haya jugado en la universidad de la que es aficionado, porque disfruta viéndole jugar o porque le gusta el nombre, vaya usted a saber. Las razones pueden ser infinitas a la hora de valorar «jugones» y para gustos los colores.
Lo que está claro es que hay ciertos nombres que siempre van a saltar a la palestra. Que a todos nos vienen a la cabeza en cuanto se abre este tipo de discusiones.
Hoy quiero hablar de dos de esos nombres, un receptor y un corredor. Los cuales, además, estoy plenamente seguro que si hacemos una encuesta saldrían como los ganadores para la mayoría. Se trata de Antonio Brown y Le’Veon Bell, dos auténticos cracks. Capaces de desequilibrar un encuentro por sí solos y de condicionar defensas por el mero hecho de estar enfrente. El problema para estas defensas es que estos dos jugones comparten vestuario, defiendendo la camiseta de los Pittsburgh Steelers. Y este mero hecho hace que el ataque acerero sea prácticamente indefendible. Las posibilidades que le otorga tener una pareja de tal categoría son prácticamente infinitas.
Antonio Brown
La categoría de Antonio Brown está fuera de toda duda. El número 84 va camino de ser considerado uno de los mejores receptores de todos los tiempos. Y es su consistencia la que le está poniendo en ese panorama. Lleva dominando la NFL en su posición desde hace cinco años y no parece que esto vaya a terminar ni mucho menos pronto. Su superioridad es aplastante. A día de hoy no hay cornerback que lo pueda defender sin quedar retratado más pronto que tarde. Da igual que le propongas defensas zonales, individuales, doble o incluso triple marca. Al final te la va a liar.
Su rendimiento
En el apartado estadísitico siempre está en el top-5 de casi todas las categorías importantes con las que se mide a un wide receiver. Por ejemplo, recepciones totales, recepciones para touchdown y yardas totales. Es un jugador incombustible, que en un partido “malo” supera la barrera de las 100 yardas casi con la gorra. Sin importarle tan siquiera quien le esté pasando, ya que cuando Ben Roethlisberger no ha estado jugando bien o incluso cuando ha sido Landry Jones el quarterback del equipo, Brown ha respondido.
Sus cualidades
Su route running es una delicia, y sus manos son seguras como pocas. Es un portento en los balones divididos y además casi siempre se las apaña para estar abierto, lejos del defensor. Pero más allá de ser una máquina de acumular estadísitcias y de todas estas cualidades, para mÍ hay una características que le hace ser aún más especial: Antoñito es decisivo en los momentos más determinantes. Nunca se esconde, siempre va a estar ahí, para agarrar ese lanzamiento a todo o nada. Y lo llamativo es que lo agarra a pesar de saber todo el mundo, defensores incluidos, que el pase de Big Ben va a ir hacia él (recordad la tremenda jugada que se marcó contra Ravens el año pasado para conseguir el pase a los playoffs en extremis). Brown es indefendible.
Le’Veon Bell
En el caso de Bell, aunque nadie duda de su calidad, el reconocimiento es algo menor. Especialmente por dos motivos. Primero, el running back no ha sido tan constante como su colega de equipo. No porque haya tenido bajones en su juego, sino porque ha tenido problemas para mantenerse de manera constante sobre los emparrillados, ya sea por varias lesiones que le han lastrado a lo largo de los años o por las sanciones a las que ha tenido que hacer frente por el consumo de sustancias prohibidas (léase marihuana).
La otra razón es la no espectacularidad de sus acciones. Bell no acapara tantos focos, sus highlights son mucho más reducidos que los del receptor. En los resúmenes de cada partido es más dificil encontrar jugadas en las que se vea a Bell brillar. En las que sea él el protagonista de una acción espectacular. Ésas en las que el espectador se queda con la boca abierta. El trabajo del corredor es mucho más gris, más oscuro; no llama tanto la atención. Además, la forma tan peculiar que tiene de correr, en la que parece que lo hace andando y que incluso en ocasiones llega a detenerse, puede incluso llegar a desesperar a algunos fans.
La importancia de Bell
Si dejamos eso a un lado, podremos darnos cuenta de que Bell no solo es igual de dominante que Brown sino que es más determinante en el ataque global de los Steelers. Bell acapara una atracción enorme sobre las defensas rivales saliendo desde el backfield y es un verdadero peligro no solo acarreando el ovoide sino que también es una amenaza real saliendo a recibir. Cierto que le vamos a ver muy pocas veces realizar un big play con el que peguemos un brinco desde el sofá, pero la labor de golpear una y otra vez al front seven es impagable.
Un amplio repertorio
Si le prestamos atención a todo lo que se cuece en cada drive ofensivo de Pittsburgh, veremos la capacidad que tiene Bell de atraer a la defensa, como choca una y otra vez con ella y aún así es capaz de sumar yardas en casi cada carrera. Es muy complicado derribarle debido a su gran juego de pies, los cuales no dejan de moverse en ningún momento, razón por la que consigue en cada encuentro un gran número de yardas después del contacto. Pero es que además, tiene un gran repertorio de movimientos y fintas los cuales parece que realiza a cámara lenta y con los que destroza los tobillos de sus rivales. No es raro ver cómo un defensor que se planta delante de Bell con el objetivo de placarle termina besando el cesped tras haber sufrido un lindo baile por parte del running back.
Y por si esto fuera poco, Bell supone una tremenda vía de escape para Roethlisberger. Ya sea en jugadas diseñadas como screens o en momentos puntuales donde la presión que le llega al quarterback es agobiante, éste suelta el balón a Bell quien en la mayoría de las ocasiones convierte una acción que ha estado a punto de venirse abajo en una jugada positiva. Es un auténtico fuera de serie.
De la mano a por el anillo
Cualquier equipo mataría por tener a un jugador como estos en su roster. Los Steelers tienen a los dos y encima ambos están de dulce, atraviesan un momento de forma brutal. Bell amasa los drives y Brown los remata. Cada domingo, cada partido. Por fin estamos viendo el temido ataque acerero que llevamos tanto tiempo demandando. Ése que gracias a estos dos cracks puede hacer temblar los cimientos de cualquier defensiva de la liga. Después de varios años empiezo a ver a un equipo de Pittsburgh preparado para luchar por todo, capacitado de afrontar los playoffs como un verdadero aspirante más allá de contar con una secundaria que a ratos hace aguas y con un Big Ben que, aunque lleva varias semanas rindiendo a un mejor nivel, no es el de antaño. Esta dupla letal formada por Brown y Bell está preparada para todo. El objetivo: el anillo.
Por Stéfano Prieto (@Stefano_USA)