Una nueva guerra Troya: Clemson vs LSU

Heinrich Schlieman, el gran arqueólogo alemán, excavó, en 1870, la colina Hisarlik y halló los restos de la mítica ciudad de Troya. Este descubrimiento corroboró los escritos del fabuloso griego Homero acerca del primer gran conflicto bélico mundial, que enfrentaría a griegos y troyanos, a causa de la belleza de una mujer: Helena.  

150 años después del colosal hallazgo del intrépido teutón -coincidiendo con la fecha del nacimiento del Football College-, dos fastuosos ejércitos vuelven a medir sus fuerzas. Asia Menor ya no es el escenario de la batalla, sino Nueva Orleans. La cita, el 13 de enero (madrugada del 14 en horario peninsular); el premio, el título nacional. 

Las huestes de LSU, aleccionadas por el veterano Ed Orgeron -que infunde un profundo respeto como si se tratase del poderoso Agamenón-, se encomendarán al descomunal talento del héroe Joe Burrow. Su valentía en batalla, su bravura, su destreza y su sin par visión en el juego lo emulan al héroe griego Aquiles. Nadie osa batirse en duelo con él, todos le temen, una aureola de ser imbatible impregna allá por donde va…

Sin embargo, las mesnadas del rey Príamo-Swinney esperan agazapadas, pertrechadas tras su experiencia y su actual título. “Quien quiera ocupar nuestro puesto, conquistar nuestra “Troya”, tendrá que arriesgar y vencernos”, pareciera decir el indómito Dabo. Su ejército, poblado de titánicos caudillos, también posee su singular adalid. Un hombre que venderá cara su derrota. Un hombre con el talento suficiente para salir ganador de esta contienda a muerte: Trevor Lawrence, el Héctor de Clemson. 

Clemson contra LSU, Grecia versus Troya; Lawrence frente a Burrow, un duelo apasionante entre Héctor y Aquiles… El héroe griego tenía una debilidad -su conocido talón-, ¿será el rey Swinney capaz de hallar la flaqueza de Burrow y abortar la inminente conquista de Troya? O quizá nadie pueda parar el destino de un semidiós… La solución la madrugada del próximo lunes. 

¿Preparados para la batalla? / mitologia.guru

TROYA DEFIENDE SU TRONO: 

CLEMSON TIGERS.

MESNADAS DEFENSIVAS.

Clemson llega al partido tras jugar una semifinal apasionante y realmente dura frente a Ohio State. El staff salió muy preocupado de aquel partido por el rendimiento del pass rush. Puesto que deberán implementar si quieren que Joe Burrow no haga de las suyas. 

El DE Xavier Thomas (#3), ya sea por la presión o por la lesión que sufrió a principio de temporada, está muy por debajo del nivel al que nos tiene acostumbrados (solo 1.5 sacks en 2019), siendo un hándicap negativo para la defensa. Jugando en el lado contrario, ha emergido como principal peligro el junior Justin Foster (#35), generando 3.5 sacks y 33 tackles (10.5 TFL) durante el año, de los cuales 0.5 sacks y 5 tackles fueron en la semifinal. Junto a ellos, intentarán mejorar la versión de la unidad, el aguerrido Logan Rudolph (#34), hermano del QB de Steelers Mason, y KJ Henry (#5), que tampoco termina de estar a su mejora nivel. 

En la parte interior de la defensa se aprecia una mejor situación tras la pérdida de los titulares de 2019 y es que tanto Nyles Pinckney (#44) como Jordan Williams (#59) están rindiendo por encima de lo que se esperaba. Sin embargo, la gran alegría del cuerpo de DT es Tyler Davis (#13). El freshman ha realizado un año muy bueno y ya se le etiqueta como el nuevo Dexter Lawerence. 

Tras la primera línea encontramos el cerebro de la defensa, donde James Skalski (#47) ha emergido como un gran líder y está al nivel de Ben Boulware. Lo acompañan Chad Smith (#43), líder de tackles en la semifinal con 12. Junto a ellos, el indiscutible MVP del año en Clemson, el hombre que lo hace todo y, además, perfecto: Isaiah Simmons (#11). La pieza clave de la defensa, en la que Venables lo mueve por todo el campo, siendo muy complicado para el QB leer realmente qué función hará en el post snap. Muestra de ello la interceptación que consigue en la pasada Fiesta Bowl. El hombre que da refresco a los titulares es Baylon Spector (#10), jugador que OSU no supo descifrar y que consiguió 2 sacks. 

En la parte trasera, la unidad ofrece mayor experiencia y consiguió mantener a raya al fabuloso grupo de WRs de Ohio State, permitiendo tan solo un TD. En las esquinas estarán AJ Terrel (#8) y el reconvertido WR Derion Kendrick (#1), que se ha destapado como un CB a tener muy en cuenta. Si ya tuvieron una misión complicada con Olave, Hill y Mack, ahora se las verán con dos WR que acaban el año en plena forma, Justin Jefferson y Ja’Marr Chase

Tanner Muse (#19) y K’Von Wallace (#12) serán los encargados de vigilar sus espaldas. Cuerpo de safeties muy under radar y que sostiene al equipo en los momentos complicados, muestra de ello la jugada que realizó Muse parando a JK Dobbins en la end zone,  tras seguirlo 80 yardas. Junto a ellos, Nolan Turner (#24), pieza que da descanso a la pareja titular y que permite a Venables variar posiciones dentro del esquema defensivo, consiguiendo la versatilidad que tanto le gusta.

Simmons, omnipresente / Zimbio.com

 

“HÉCTOR”-LAWRENCE Y SUS HUESTES OFENSIVAS.

Al contrario que en defensa, en ataque 9 los 11 titulares de la final de 2019 repiten este año. Trevor Lawrence (#16) –nuestro singular Héctor- seguirá a los mandos de la nave llegando a la final es un estado de forma excelente tras su mal inicio de año. Sin duda, ha mejorado notablemente su juego de carrera, como ya se vio en la semifinal ante OSU -registrando 107 yardas y 1 TD-. 

A su lado Travis Etienne (#9), el gran olvidado de los premios CFB, seguirá provocando missed tackles y destrozando a los defensas en campo abierto. En la semifinal apareció en los momentos claves y acabó con 134 yardas y 3TD. Destacan las 98 yardas de recepción que registró aún no siendo un RB con grandes manos. Para darle descanso veremos a Lyn-J Dixon (#23). 

Para ayudar a este gran juego de carrera y evitar que Lawrence sufra durante la final encontramos el auténtico muro de la inexpugnable Clemson-Troya. La OL ha realizado una gran temporada y muestra de ello es el galardonado LG John Simpson (#74). No obstante, tendrán que mejorar el rendimiento mostrado en la semifinal, donde permitieron 3 sacks, viéndose superados en muchos tramos del partido. Esta vez no tendrán enfrente a Chase Young, siendo su emparejamiento con  el LT Jackson Carman (#79) uno de los duelos más atractivos de la semifinal y que el de Clemson consiguió pasar con solvencia. En el centro aparece Sean Pollard (#76), mientras que en la parte derecha estará Cage Cervenka (#59) como guard y Tremayne Anchrum (#73) como Tackle. 

Tras la gran batalla física librada frente a OSU, la incógnita está en saber si el cuerpo de receptores estará al 100%. Tee Higgins (#5) intentará en su último partido con Clemson establecer un nuevo registro de máximos TD de recepción. Junto a él, se alinean Justyn Ross (#8) y Amari Rodgers (#3). Unidad muy completa que se enfrentó al mejor CB del College, Jeffrey Okudah, y que ahora se medirá al que para muchos es el mejor DB de LSU, Derek Stingley. El cuerpo de TE recupera a  Braden Galloway (#88) tras su año de suspensión por dar positivo en un test de substancias prohibidas. Su compañero JC Chalk (#25) seguirá aportando en labores de bloqueo como durante todo el año.

En definitiva, Clemson -con un ataque con harta experiencia y una defensa muy versátil y con mucha garra- intentará repetir el éxito del año pasado frente a Alabama.

Trevor como corredor, una faceta inesperada de su juego / sporthub.com

 

LA CÓLERA DE AQUILES:

LSU TIGERS

Ha llegado el momento de la verdad para Ed Orgeron y sus Tigers. El encuentro decisivo, sesenta apasionantes minutos de fútbol americano para coronar el triunfal año de LSU y ascender a Joe Burrow a la categoría de mito viviente en Louisiana.

LSU llega intratable al partido frente a sus homónimos tigres de Carolina del Sur , siendo el único equipo en la historia de la competición en juntar un quarterback que supera las 5000 yardas, dos receptores que acumulan más de 1000 yardas cada uno y un corredor que también supera la cifra  de yardas con tres ceros durante la campaña, en una demostración del poderío ofensivo exhibido por el conjunto de Baton Rouge.

 

JOE “AQUILES” Y SUS MIRMIDONES. 

Pocos calificativos quedan para designar la ofensiva del conjunto de Louisiana. Se agotan las palabras para definir el excelso juego que han desarrollado los hombres de Orgeron. Todo comienza con Joe Burrow, el Aquiles de las tropas de Lousiana, héroe al que se encomiendan en Baton Rouge para dar la estocada final al conjunto de Carolina del Sur. Aquiles derrotó a Héctor hundiendo una lanza en el cuello del héroe troyano, el bueno de Joe espera doblegar al conjunto de Dabo Swinney con una nueva exhibición aérea.

Burrow (5208 yardas, 55 touchdowns, 6 interceptaciones) llega al partido decisivo después de ofrecer un recital, el enésimo de la temporada, frente a los Sooners en las semifinales del campeonato nacional, donde consiguió 493 yardas, 7 pases de anotación añadiendo además un touchdown de carrera.

La protección que pueda blindar la línea ofensiva de LSU –ganadora del premio a mejor unidad de la competición- al quarterback natural de Ames (Iowa), puede ser un factor decisivo para el devenir de la batalla. La renovada línea defensiva de Clemson, como era de esperar, no ha igualado las prestaciones de sus predecesores en el cargo, aunque la aparición de Tyler Davis ha supuesto una grata sorpresa para el futuro del vigente campeón. Venables seguro que ha preparado esquemas de presión para intentar encontrar el talón de Aquiles de la línea de LSU.

Edwards-Helaire (1304 yardas, 16 anotaciones terrestres) llega a la batalla por el trono de la competición tras prácticamente no jugar el partido frente a Oklahoma, debido a una lesión en el hombro. Establecer un juego de carrera dominante puede ser vital para el ataque de LSU y la versatilidad del pequeño corredor de los Tigers se antoja como uno de los factores decisivos del encuentro.

Ja’Marr Chase (1559 yardas, 18 touchdowns) , Justin Jefferson (1434 yardas, 18 touchdowns) y Terrace  Marshall Jr. (625 yardas,12 touchdowns) conforman el batallón aéreo de las tropas de Louisiana. El trío de receptores de LSU, uno de los mejores de la competición, espera doblegar a la secundaria de Clemson y contribuir a devolver el trofeo de campeón al conjunto de Baton Rouge, que no obtienen desde la temporada 2007.

Thaddeus Moss, hijo del mítico receptor Randy Moss, puede acudir al rescate de su equipo si la batalla se recrudece. El tight end, en una ofensiva tan prolífica, ha acumulado 534 yardas y 2 anotaciones a lo largo de la campaña.

Liderando a su ejército / bannersociety.com

 

LA CATERVA DEFENSIVA “TIGER”.

La unidad comandada por Dave Aranda ha sufrido altibajos a lo largo de la temporada. Ha mostrado en diversos partidos de la competición (véase el encuentro frente a Ole Miss como mejor ejemplo) una vulnerabilidad a la que no estaban acostumbrados en Baton Rouge.

Llegan, sin embargo, al crucial enfrentamiento frente a Clemson en el mejor momento del año. En el último mes han sufrido una notable mejoría gracias a la recuperación física de diversos jugadores.

K’Lavon Chaisson (58 tackles, 32 solo tackles y 6,5 sacks) está terminando el año en un gran momento de forma y espera intimidar e incomodar a Trevor Lawrence, el Héctor de las tropas de Carolina del Sur en esta particular versión deportiva de la  clásica Ilíada.

Frente a Georgia y Oklahoma, últimos partidos de LSU, la defensa de los Tigers ha dejado a los equipos contrarios en 2,98 yardas de media por intento de carrera. Repetir estos éxitos frente a la carrera puede ser crucial para los hombres de Orgeron en su particular duelo con Travis Ettiene. Tyler Shelvin y Rashard Lawrence serán los encargados de frenar en la primera línea del frente las acometidas terrestres del excelente corredor de Clemson.

Jacob Phillips, el linebacker junior, lidera con 105 tackles totales al conjunto de Luisiana en este apartado estadístico. El cuerpo de linebackers recupera para este partido a Michael Divinity Jr., apartado del equipo desde finales de octubre, y aunque es difícil predecir su papel en la final, seguro que Dave Aranda busca un hueco en sus célebres formaciones “Cheetah” (1 DL, 5LB, 5 DB) para él. Con esta formación “Cheetah”, Aranda suele presionar a los conjuntos rivales en situaciones claras de pase.

La secundaria es la unidad estelar del conjunto de LSU. Derek Stingley (6 interceptaciones) se ha establecido desde su año true freshman como uno de los mejores cornerbacks de la competición y la dupla que forma con Fulton espera contener al cuerpo de receptores de Clemson. Grant Delpit, recuperado plenamente de sus molestias en el tobillo que le han acompañado toda la temporada, ha mejorado notablemente su rendimiento en el final de la campaña y junto a Jacoby Stevens forman una pareja de safeties de plenas garantías para afrontar las acometidas del conjunto de Swinney.

Stingley, todo un baluarte defensivo / theadvocate.com

 

Gloria deportiva  eterna espera al conjunto que salga victorioso el próximo lunes de la épica batalla de Football que nos espera. Solo un conjunto podrá salir victorioso del foso verde del Mercedes Benz Stadium, pero la confrontación se antoja digna de ser recordada de igual modo que las hazañas de los héroes míticos narradas por Homero.

 

Rubén Martínez y los chicos de Coollege, Hugo Manero y Edu Vallejo, para SpanishBowl