En una entrevista en CNN le han preguntado a Brian Flores cuál es la razón para iniciar una demanda contra la NFL. Su respuesta dice mucho: “Tengo dos hijos de ocho y siete años y una hija de cinco años, y cuando les miro, no quiero que ellos tengan que sufrir algunas de las cosas que yo he tenido que sufrir”.
Si no entiendes este mensaje, puedes dejar de leer en este momento, este artículo no es para ti.
Brian Flores anunció el pasado martes 1 de febrero que ha presentado una demanda contra la NFL y los equipos que la forman por presunta discriminación racial. La elección de la fecha no fue casualidad, durante el mes de febrero se celebra en Estados Unidos el Mes de la Historia Afroamericana (“Black History Month”).
En la demanda hay una serie de eventos que se están llevando todos los titulares.
- El primero son los mensajes de texto de Bill Belichick. Belichick, con el que Flores trabajó durante 10 años, envió un mensaje de texto a Brian Flores dándole la enhorabuena por conseguir el trabajo de entrenador en los Giants. El problema es que le había confundido con Brian Daboll, y que Flores ni siquiera había tenido su entrevista con los Giants. Finalmente se supo que los Giants habían contratado a Daboll, por lo que Flores siente que su entrevista fue una farsa para complir la llamada Rooney Rule (que hace que los equipos deban entrevistar a personas de minorías antes de hacer sus contrataciones en ciertos puestos).
- Flores alega que en 2019 cuando le entrevistaron para el puesto de entrenador de los Denver Broncos, los directivos del equipo, comandados por John Elway, aparecieron una hora tarde y claramente con una resaca, demostrando de nuevo que su entrevista fue una farsa. Los Broncos contrataron a Vic Fangio poco después.
- Flores dice que en 2019, en su primera campaña en los Dolphins, el dueño del equipo Stephen Ross le dijo que se lo tomara con relax y que le daría 100.000 dólares por cada partido perdido para lograr la primera posición en el draft.
- Además, dice que en el verano de 2019 Ross había preparado sin su consentimiento una reunión en un barco con un QB que estaba libre en ese momento y de gran nivel, y que se negó a ir a esa reunión ya que estarían incumpliendo una norma de la liga, el tampering. Se puede deducir que ese QB era Tom Brady antes de firmar con los Buccaneers.
Flores es consciente de que esta demanda va a cerrarle muchas puertas en la liga. Es un entrenador que tenía buen caché en la liga, que con solo 40 años ya había logrado ser HC y que además había hecho un buen papel. Este verano tras ser despedido de los Dolphins ha sido entrevistado para el puesto de HC de varios equipos. En un comunicado Flores da sus razones:
“Dios me ha dotado de un talento especial para entrenar el fútbol americano, pero la necesidad de cambio es más grande que mis objetivos personales. Al tomar la decisión de presentar la demanda colectiva hoy entiendo que puedo poner en riesgo el entrenar el deporte que amo y que tanto ha hecho por mí. Mi sincera esperanza es que al oponerme al racismo sistémico en la NFL, otros se unan a mí para garantizar que se produzca un cambio positivo para las generaciones del futuro”.
Si analizamos sus 3 años como entrenador de los Miami Dolphins se puede llegar a la conclusión de que ha sido un buen entrenador. El equipo tuvo un récord de 5-11 en la primera temporada, la del Tank for Tua, y en la segunda y en la tercera ha tenido récord positivo, algo que el equipo no lograba en dos temporadas consecutivas desde 2002 y 2003. Sus puntos fuertes han sido la construcción de la defensa, su especialidad, y el hecho de lograr que los jugadores estuvieran totalmente involucrados en el proyecto. Tras su despido muchos de ellos mostraron su sorpresa y su defensa. En su contra se puede decir que la tercera temporada ha sido peor que la segunda, que el ataque no ha logrado encontrar una identidad y que quizás no ha logrado encontrar un buen staff. Se podría llegar a entender que el equipo busque otra dirección, pero desde fuera hay cierta sensación de que a los entrenadores afroamericanos se les piden cosas que a otros entrenadores no se les piden.
Otro ejemplo de este verano ha sido el despido de David Culley, entrenador de los Houston Texans, tras una temporada en el equipo. El equipo ha estado muy por encima de las expectativas con una plantilla de muy bajo nivel, y aún así Culley no ha podido mantener su puesto.
Ahora mismo hay solamente un entrenador jefe en la liga afroamericano, el eterno Mike Tomlin. Además, hay dos entrenadores de minorías: Ron Rivera, de ascendencia latina, y Robert Saleh, de ascendencia libanesa. Eric Bieniemy, coordinador del ataque de los todopoderosos Chiefs no ha logrado ni una entrevista este verano para el puesto de entrenador jefe, al contrario que muchos entrenadores del staff de Andy Reid en el pasado. Jim Caldwell no ha vuelto a lograr un puesto de HC tras tener 4 temporadas con buenos resultados en los Detroit Lions. Todd Bowles sigue dirigiendo la defensa de los Bucs tras salir de los Jets. Steve Wilks fue despedido tras una mala temporada con un QB rookie, pero a Kliff Klingsbury se le mantuvo en el puesto tras una temporada similar.
La liga tiene un serio problema a la hora de contratar entrenadores afroamericanos y darles oportunidades. Las franquicias buscan en este momento entrenadores de perfil ofensivo, y por desgracia hay pocos afroamericanos con ese perfil en la liga y en college. Pero, en ese caso, ¿por qué no se matan por contratar a Bieniemy?
Otro de los mayores problema en la liga es que existe un nepotismo bastante ridículo, tienes muchas más posibilidades de lograr puestos de nivel si eres hijo de un entrenador jefe que si trabajas toda tu vida para poder ganarte el puesto. Además, los dueños son todos blancos, la mayoría de los GMs son blancos (aunque Minnesota y Chicago han contratado GMs afroamericanos) y las decisiones las toman ellos.
La batalla de Flores va a ser dura, y confía en que muchos otros entrenadores den un paso al frente y se unan contando sus propias experiencias. Si hemos aprendido algo del caso de Colin Kaepernick es que hay un riesgo enorme de que haya puesto en peligro su carrera. Pero su lucha es por convicción y por intentar hacer de la liga un sitio mejor.