La temporada bengalí llega a la jornada de descanso justo en su intermedio. 9 partidos disputados, 8 por disputar, con un resultado de 5 victorias por 4 derrotas. Un balance compensado, ni frío ni calor, que ni deja contento a sus seguidores, ni arma del todo con argumentos críticos a sus detractores. Aristóteles afirmaba que la virtud se encuentra en el punto medio, pero claro, él no debía llevar a su equipo a playoffs.
Este punto de la campaña, el bye, se suele aprovechar para recuperar lesionados, buscar posibilidades de refuerzo en los restos de la agencia libre, y replantearse el camino recorrido y el que se pretende avanzar. En esta tesitura, adoptemos la posición de loto para meditar y reflexionar sobre lo que nos han ofrecido los Cincinnati Bengals en esta NFL 2022, y lo que puede suceder de aquí en adelante.
El equilibrio es un estado en el que se encuentra un cuerpo sometido a dos o más fuerzas de la misma intensidad que actúan en sentido opuesto. La eterna lucha del bien y el mal trasladada al fútbol americano. Una complicada acrobacia en el alambre, donde cualquier mal movimiento te puede llevar al desastre, y en el que debes mantener la serenidad, y la vista fija en el objetivo para no caer. Como todo en la vida, siempre podemos ver el vaso medio lleno o medio vacío.
El vaso medio vacío de la temporada bengalí
Qué duda cabe que para un equipo que viene de disputar la última Super Bowl, las expectativas son las más altas posibles. A menudo, se nos olvida lo complicado que es. La NFL es la liga deportiva más igualada del mundo. Se deben conjugar una serie de factores que no siempre es fácil que concurran. Puede bastar que sólo uno de ellos se tuerza para generar un efecto mariposa que arruine la temporada de cualquier equipo. En el caso de los Bengals, podemos citar unos cuantos:
Las lesiones
Si el año pasado, Cincinnati tuvo la fortuna de esquivar lesiones importantes de sus jugadores clave, este año no está siendo así. Las bajas del wide-receiver Chase, el nose-tackle Reader, y el cornerback Awuzie, están teniendo, y pueden tener, un impacto capital en el rendimiento bengalí.
El caso de Chase es el más importante. No sólo estamos hablando de uno de los mejores jugadores de la competición (rookie ofensivo del año en 2021), sino del mejor amigo del quarterback Burrow. Compañeros en su etapa universitaria en LSU, se conocen a la perfección, y la confianza del QB en su receptor es infinita. Cuando le llega la presión (algo por desgracia demasiado frecuente) es al dorsal #1 a quien busca para lanzarle el pase.
Por otro lado, la estrategia del ataque bengalí se basa en la presencia constante de 3 receptores en su formación. La ausencia de uno de ellos, suplida con un reserva de menor nivel, genera que las defensas contrarias puedan centrarse más en los otros dos, lo que deriva en menos separación, más tiempo de Burrow en el pocket (con el riesgo de sack) y en definitiva, colapso ofensivo total.
En defensa, las dos bajas citadas tienen una considerable influencia en los dos ámbitos principales: contra la carrera y contra el pase. Reader es el ancla que absorbe bloqueos en el centro de la línea defensiva, sellando el paso del runningback por ahí, y permitiendo a sus compañeros de unidad una mayor libertad para penetrar en el backfield. Su falta se magnifica dado que el primer suplente, Tupou, también está lesionado.
Por su parte, Awuzie, como cornerback principal, era el vigilante del mejor receptor contrario. Al traspasar esta responsabilidad a Apple, menos fiable, o al inexperto novato Taylor-Britt, la secundaria bengalí se encuentra mucho más vulnerable al juego aéreo. Por fortuna, Bengals no ha debido enfrentarse todavía a quarterbacks de excesivo fuste, pero esto cambiará en las próximas jornadas (Allen, Brady, Watson, Mahomes…).
Línea ofensiva inoperante
Muchos creen que el destino bengalí en la Super Bowl LVI hubiera sido diferente de haber contado con una línea ofensiva en condiciones. Conscientes del mayor hueco en la plantilla, la directiva la renovó por completo durante la offseason: Karras (C), Cappa (RG) y Colllins (RT) en la agencia libre, y Volson (LG) en el draft. En teoría, una franca mejoría que debería elevar las prestaciones de la unidad. En la práctica, un grupo de desconocidos que nunca habían jugado juntos.
La política de Taylor de minimizar riesgos condujo a que no disputasen como grupo ni un minuto en los partidos de pretemporada. La falta de coordinación se hizo patente en los dos primeros encuentros de temporada regular, en los que Burrow encajó 13 sacks entre ambas derrotas. Ya acumula 30 en esta temporada, lo que hace un total de 100, sumadas a las del año pasado. No es el mejor camino para producir ofensivamente, ni prolongar la esperanza de vida deportiva de quien debe ser el referente futuro de la plantilla.
La titularidad del novato de cuarta ronda Volson es la muestra palpable del fiasco de la elección de Carman en la segunda ronda de 2021. Williams, el left-tackle elegido en la posición #11 del draft 2019, ya ha permitido 9 sacks. Quizá no son sólo los jugadores. Es posible que tanto desde la directiva como desde el cuerpo técnico, no se estén haciendo del todo bien las cosas.
Ineficacia del juego de carrera bengalí
En los primeros 8 partidos, la media de yardas por acarreo de Mixon estaba siendo de 3,3. La más baja de toda su carrera. Podemos achacar parte de tan pobre rendimiento a la falta de entendimiento con la línea ofensiva, pero en gran medida, es demérito suyo. Sin chispa, ni velocidad, ni capacidad de romper placajes y, lo que es peor para un runningback que corre sin fullback que le abra camino, sin visión para encontrar la mejor opción por donde percutir.
Sin juego de carrera consistente, cualquier ofensiva está condenada al fracaso. La defensa rival se puede centrar en atacar al pasador, con los resultados indicados en el apartado anterior. Hay que sumar la parálisis del cuerpo técnico a la hora de, bien encontrar fórmulas alternativas de correr con el balón de forma más eficaz (jet sweeps, screens, options…) o bien rotar la misión de acarrear el oval entre los otros corredores del backfield, buscando quien esté más inspirado.
McPherson ya no es “automático”
Una de las grandes revelaciones de la campaña 2021 bengalí fue el acierto del kicker rookie. Sin embargo, este año está sufriendo la “sophomore jinx”, esa maldición que persigue en su segundo año a jugadores que habían destacado como novatos. En lo que llevamos de temporada, ha fallado 2 extra-points (los mismos que en todo el 2021) y 4 field-goals (cuando en toda la campaña anterior sólo falló 5).
En partidos igualados, es fundamental tener un pateador seguro. Si contra Steelers hubiese anotado el extra–point del final del partido o el field-goal en la prórroga, ahora Bengals tendría una victoria más, y mejor balance divisional.
El vaso medio lleno de la temporada bengalí
No hay que ponerse tremendistas. Si bien se esperaba más del conjunto bengalí, lo cierto es que está a sólo un partido tanto de la cabeza de la división como de una plaza en playoffs. Con casi media temporada por disputar, todas las puertas siguen abiertas, y recordemos que en la inolvidable temporada 2021, fue precisamente el arreón final quien dio en empujón definitivo al equipo.
Las lesiones más graves no son definitivas
Salvo en el caso de Awuzie, con rotura de ligamentos en la rodilla, se espera el regreso de los principales jugadores lesionados. Chase puede perderse un par de partidos más, pero podría llegar a tiempo de medirse a los Chiefs en un partido que se antoja crucial. Si el equipo renunció a incluirle en la lista de lesionados es porque confía en recuperarle a corto plazo. El caso de Reader es aún más optimista, y podría volver tras el bye.
Mixon ha recuperado la chispa
Las 153 yardas de carrera y ¡4 touchdowns!, más otro de recepción, en el partido ante Panthers, confirman que el corredor ha entendido el mensaje y puesto las pilas. El talento siempre ha estado ahí, y ha terminado por explotar en cuanto ha empezado a atacar los huecos con mayor determinación, y los entrenadores han depositado más confianza en sus habilidades.
La línea ofensiva hace progresos
Si descartamos su horrible rendimiento los días de Steelers, Cowboys y Browns, en el resto de partidos se ha comportado como una unidad competente (ningún encuentro con más de 3 sacks encajados en los 6 restantes). Aún queda camino por recorrer, pero al menos se adivinan destellos de que puede acabar resultando un grupo sólido. Debemos apuntar que, en muchas ocasiones, es el propio Burrow quien se pone en riesgo apurando demasiado las jugadas en vez de deshacerse del balón cuando no hay posibilidad de pase, por lo que la estadística de sacks, por sí sola, a veces puede resultar engañosa.
Los técnicos ofensivos reaccionan
En los últimos partidos, se ha visto a Burrow alineado mucho más en formación shot-gun, donde se siente más cómodo. Esto le permite una mejor visión de las evoluciones de sus receptores, así como de la presión que le llegue. Igualmente, han diseñado jugadas donde ser más productivos desde la carrera, como jet–sweeps, formaciones de línea con jugadores extra, o utilización de un tight–end como full–back. Conscientes de que la baja de Chase es insustituible, han optado por, en vez de reemplazarle por un único jugador (el experimento de Thomas no funcionó), utilizar todos los recursos de la plantilla en lo que podríamos denominar «WR3-by-committee» (Taylor, Irwin o incluso el TE Hurts alineado como wide-receiver).
La bengalí es una gran defensa
No cometamos el error de volver a menospreciar esta unidad como el año pasado. En las primeras 7 jornadas consiguió el impresionante record de no encajar ningún touchdown en las segundas partes. Se sitúa en la parte alta de la clasificación en cuanto a primeros downs concedidos, conversiones de terceros downs, o porcentaje de takeaways. Desde la lesión de Reader ha encajado muchas yardas de carrera (135 de media), pero mientras estuvo sano este porcentaje fue de solo 86. Es de esperar que, a su vuelta, se recupere la solidez en este apartado. En total, es una defensa que permite menos de 21 puntos por partido, una cantidad que debería estar al alcance de un ataque del calibre del bengalí.
Medio lleno, o medio vacío, lo importante es tener el vaso en la mano
Decía anteriormente que la NFL es la competición deportiva con mayor igualdad. A pesar de lo irregular de la campaña bengalí, todas las opciones están en su mano. No descubro nada al afirmar que las plazas de postemporada se decidirán en los últimos encuentros. Lo importante es llegar en buena forma, física y mental, a ellos.
El calendario ha dejado para el final a los rivales más duros, pero Cincinnati contará con el incondicional apoyo de su público ante Chiefs, Bills y Ravens. Por cada nubarrón en el horizonte surge un rayo de sol de esperanza. Sólo llevamos media temporada, y los Bengals aún aspiran a todo. Pediría tranquilidad y optimismo a los fieles seguidores bengalíes. Pero claro, si tuviéramos esas cualidades, probablemente no seríamos buenos seguidores bengalíes…