No paran de llegar malas noticias desde las redacciones americanas sobre el estado de salud de los jugadores de 49ers. No hay un solo día que no llegue un reporte en el que diga que un CB se ha lesionado, un liniero ofensivo ha recaído o un receptor sigue con molestias… Mas enfermos. Lunes, martes, miércoles, jueves… excepto el domingo (los últimos 2 domingos para ser más exactos). El último día de la semana, el día del Señor, que se está convirtiendo en una especie de oasis en el que los aficionados mineros encuentran un respiro entre tantas malas noticias.
El equipo compite, el equipo gana. Una suerte de coraje que está imbuido en los pocos jugadores del roster que quedan completamente sanos y que por momentos consiguen hacernos recordar a los aficionados a aquel equipo que hace sólo 8 meses estaba compitiendo en el HardRock Stadium de Miami por llevarse el Lombardi Trophy. El partido de ayer es buena prueba de ello. Arrollaron a unos, por qué no decirlo, pobres Patriots en la derrota más dura de la era Belichick (al menos en Foxboro), sumando la cuarta victoria en siete partidos y poniendo el récord positivo en el casillero (primera vez que ocurre esta temporada). Las causas, más allá del evidente empaque moral que está demostrando el equipo, son variadas.
Shanahan no experimenta
El ataque, responsabilidad del Coach Shanahan, está volviendo a ser un ataque práctico. Recuperando la fórmula que llevó al equipo a disputar la Super Bowl de nuevo ha encontrado la senda de la victoria: carrera, play-action y playcalling que maximiza tus virtudes y enmascara tus defectos (aunque bien es cierto que recuperar lesionados en la unidad de receptores ha sido importante).
Esos esquemas de bloqueos, en los que Juszczyk y Kittle son tan importantes, para abrir carreras exteriores tanto para corredores como para receptores como Samuel y Aiyuk se han mostrado efectivas y el equipo vuelve a ser una apisonadora por tierra. El partido que hace ayer Jeff Wilson Jr. hasta que se lesiona es para enmarcar.
Jimmy Garoppolo vuelve a ser Jimmy Garoppolo
Evidentemente contar con un juego de carrera potente pone de manifiesto una verdad incuestionable: Garoppolo juega más tranquilo. Esto se traduce en mejores lecturas, más temple y más facilidad para encontrar a sus receptores. A pesar de que sigue cometiendo errores evidentes en ciertas fases de los partidos (ayer lanza una intercepción bastante difícil de comprender), un Garoppolo tranquilo es un Garoppolo que ha demostrado ser un QB más que fiable.
Los rookies ofensivos empiezan a «enseñar la patita»
JaMycal Hasty ha sido un descubrimiento. Pese a ser un RB no muy del estilo a priori de Shanahan (es un norte-sur) está cuajando unas nada desdeñables actuaciones desde que fue promocionado del practice squad debido a las numerosas bajas en la unidad. Aunque quizá esté participando en fases de los partidos un poco intranscendentes, está sacando mucho jugo a sus acarreos y consigue muchas yardas.
Por su parte, Brandon Aiyuk parece que ha encajado como un guante en el esquema y ya es una gran amenaza aérea en el equipo de la bahía. Ayer consigue varias recepciones de mucho mérito, e incluso algunas claves para mantener el drive ofensivo vivo.
La defensa está más fresca
Las unidades ofensivas y defensivas de los equipos NFL, aunque diferenciadas, trabajan en simbiosis. Lo que haga una repercute en la otra y viceversa. Y este caso no es una excepción. El despertar del ataque hace que la defensa esté más tiempo en la banda, lo que se traduce en más descanso, más tiempo para hacer ajustes y en definitiva, más rendimiento. Por momentos nos hace recordar a la súper defensa que nos maravilló el año pasado. Aún con la unidad C, la defensa está haciendo un trabajo colosal y jugadores como Kinlaw, Hyder, Warner o Moseley están rindiendo a un nivel muy alto.
Todos estos factores están consiguiendo que un equipo como estos 49ers, construidos para ganar, puedan seguir compitiendo pese a la catastrófica e innumerable lista de bajas que arrastra el equipo desde la misma semana 1. No hay duda que estos jugadores están brindando a la afición de 49ers una buena dosis de coraje para mantener vivo el objetivo de clasificarse para los playoff. Todo el mundo sabe que el football de octubre poco tiene que ver con el de diciembre y si la plaga de lesiones concluye, ¿Quién es capaz de ponerles un techo a estos niners? Yo, desde luego, no lo hago.
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