Hablaba el otro día con mi amigo Alberto Zaragoza sobre la posibilidad de analizar la trayectoria de Andy Reid con los Philadelphia Eagles, una vez pasada la resaca de la Super Bowl, y la carambola que supuso enfrentarse al equipo en el que estuvo sus primeros catorce años de carrera como entrenador jefe en la NFL. Y la verdad es que me dio una gran idea. Allá vamos.
Hace ya veintitrés años (en 1999) los Eagles venían de una pésima temporada (3-13), siendo la segunda consecutiva con más derrotas que victorias. En aquel cuarto de entrenadores estaban Jon Gruden como coordinador ofensivo y Sean Payton como entrenador de QB. El propietario de los Eagles, Jeffrey Lurie, sabía que había llegado el momento de hacer un cambio.
Ray Rhodes fue despedido tras cuatro temporadas como entrenador jefe, dando paso a «un hombre grande, corpulento, un poco desaliñado y con bigote de morsa«, como escribió el antiguo columnista del Inquirer Bill Lyon. El hombre del bigote era Andy Reid.
Reid era entonces alguien que no llamaba mucho la atención. Venía de ser entrenador de QB de los Green Bay Packers bajo el ala de Mike Holmgren, al que conoció al incio de su carrera como entrenador en la universidad de Brigham Young. Ahora era entrenador jefe en una de las ciudades más despiadadas (deportivamente hablando) de todo Estados Unidos.
Entregar las llaves de la franquicia a un joven (tenía cuarenta años entonces) «genio ofensivo» sin experiencia como coordinador puede estar de moda ahora. Pero entonces se vió como una apuesta arriesgada, y fue recibida con mucho escepticismo.
En aquel primer equipo de entrenadores de Reid estaban entre otros algunos nombres que les sonarán: Sean Mc Dermott (asistente al entrenador); Pat Shurmur (entrenador de TE y línea de ataque); Jim Johnson (coordinador defensivo); Ron Rivera (entrenador de LB); Leslie Frazier (entrenador de defensive backs); y Steve Spagnuolo (asistente defensivo).
LA ELECCIÓN DE DONOVAN MCNABB
McNabb fue elegido en segundo lugar en el draft en 1999, por detrás del también quarterback Tim Couch. La elección no fue bien acogida por los aficionados de los Eagles presentes en el draft, que le abuchearon, al querer que el equipo drafteara al running back Ricky Williams. McNabb fue el segundo de cinco QB seleccionados en los primeros doce puestos, que en ese momento se consideraba el mejor draft de QB desde el famoso de 1983.
Sin embargo, solo McNabb y Daunte Culpepper tuvieron carreras exitosas en la NFL: Tim Couch tuvo problemas con los Cleveland Browns y se retiró oficialmente en 2007 después de que los Jacksonville Jaguars lo cortaran, mientras que Akili Smith y Cade McNown estaban fuera de la NFL en 2002. En 2006, solo McNabb todavía estaba con el equipo que originalmente lo seleccionó.
Su elección fue un éxito absoluto. Durante su época en los Eagles sólo durante una temporada (2004-2005) tuvo un receptor estrella (Terrell Owens). A pesar de ello, durante once temporadas lanzó para 32.873 yardas y 216 pases de touchdown. En ocho de ellas llevó a los Eagles a la postemporada.
Es posiblemente con las cifras en la mano el mejor QB de la historia del equipo. Seis elecciones para la Pro Bowl y cinco finales de conferencia de la NFC lo atestiguan.
Por otro lado, hay que dar crédito a Reid por el hecho de haber recuperado para el football a Michael Vick en 2009 (cuando McNabb comienzó a declinar), tras haber pasado por la cárcel, jugando varias temporadas a muy buen nivel.
LA CARPETA DE BIG RED
Aunque Reid era relativamente joven e inexperto en 1999, no carecía de preparación. Al contrario, fue eso y la atención al detalle lo que le separó de los demás candidatos, incluido el coordinador defensivo de los Pittsburgh Steelers, Jim Haslett, el otro finalista para el puesto.
¿Su arma secreta? Una carpeta llena de notas, tomadas minuciosamente a lo largo de sus siete años con los Packers. Esto serviría como el plan de Reid y el libro de trucos para la construcción de un equipo triunfador. El libro gordo de Petete de Andy Reid.
«El libro tenía todo lo que podías imaginar si te estabas preparando para convertirte en entrenador jefe en la NFL», dijo el ex presidente de los Eagles Joe Banner en 2020.
«Tuve la suerte de trabajar para Mike Holmgren en Green Bay, y traté de tomar todas las notas que pude cuando estuve allí y organizarlas», dijo Reid. «No sabía necesariamente que iba a ser para convertirme en entrenador jefe, ya que yo era un entrenador de posición en ese momento. Pero cuando tuve la oportunidad, pude sacarlo y sabía lo que había en cada página porque yo mismo lo había escrito, y así pude usarlo como referencia cuando hicimos la entrevista».
Lurie y los directivos de los Eagles quedaron asombrados por la forma en que Reid había trazado un plan sobre cómo lidiaría con todas las facetas de una franquicia de la NFL, hasta el más mínimo detalle.
«Lo que más nos impresionó fue que había clasificado a todos los entrenadores en todas las posiciones del 1 al 10, incluidos los universitarios», dijo Banner. «Literalmente, tenía un tablero de entrenadores. Tenía a un entrenador de receptores como el sexto clasificado, y le preguntabas el por qué, y el grado de detalle y perspicacia que mostraba al responder a esas preguntas era realmente asombroso. A día de hoy, no he visto nada parecido en ningún otro entrenador».
Con estas características, se convertiría a partir de 2001, además de entrenador jefe, en vicepresidente ejecutivo de operaciones de football (lo que llamamos general manager), la misma posición que hoy ocupa Howie Roseman (que le sustituyó en 2010), siendo de hecho el arquitecto del equipo que estaba por venir.
GOLPE MAESTRO
La decisión de Lurie resultó ser un golpe maestro: Reid se convirtió en el entrenador que más partidos ha ganado de la historia de la franquicia, y llevó a los Eagles a seis títulos de división, cinco finales de conferencia y una aparición en la Super Bowl XXXIX.
Además de su trayectoria deportiva, también se ganó el aprecio de la ciudad del amor fraternal. Muy querido por los jugadores y cariñosamente etiquetado como «Big Red» por los aficionados, el vínculo de Reid con Filadelfia ha persistido mucho después de que cambiara el verde medianoche por el rojo y amarillo de los Kansas City Chiefs hace una década.
El pasado 12 de febrero de 2023 la historia de Reid cerró el círculo, ya que el entrenador de 64 años se enfrentó a su antiguo equipo en la Super Bowl LVII.
«Tuve catorce grandes años allí, me encantó cada minuto», dijo Reid. «Es una gran organización. Todavía estoy cerca de la gente de allí. Fue grandioso ver a los chicos que reclutamos y que ahora son jugadores veteranos, jugadores All-Pro en ese equipo. Tuve la oportunidad de darles un abrazo anoche y ahora vamos por caminos separados y nos preparamos para jugar.»
NO PUDO GANAR EL GRAN PARTIDO
Los Eagles sufrieron en la primera temporada de Reid al frente del equipo. El veterano quarterback Doug Pederson tuvo problemas, y los Eagles lo pasaron mal, terminando con un récord de 5-11, y un tercer año consecutivo sin jugar los playoffs.
«Recuerdo ese primer año, en el que las cosas iban mal y uno no quería salir de la oficina«, dijo Reid a The Inquirer en 2007. «Solía pensar: ‘Dios mío, sabía que esto iba a ser duro, pero esto es realmente duro’… Al mismo tiempo, me hizo más fuerte como persona. Me puso entre la espada y la pared, y creo que puso a todos los jugadores entre la espada y la pared, e hizo que todo el mundo se uniera y luchara«.
Esa temporada sería la base de una de las épocas más ganadoras de la historia de la franquicia. Con una estrella en ciernes, el quarterback McNabb, y Reid afianzándose como entrenador jefe, los Eagles ganaron al menos once partidos en cada una de las cinco temporadas siguientes.
Aunque fueron sin duda uno de los equipos más regulares y exitosos de la década, fueron incapaces de ganar una Super Bowl, poniendo la guinda sobre el pastel. «Todos estábamos allí para ganar una Super Bowl, pero nos quedamos cortos«, dijo Reid en 2020. «Esa es la conclusión. Pero escucha, lo conseguimos. Mucha gente nunca tuvo esa oportunidad«.
Aunque Reid y los Eagles siguieron siendo competitivos durante la mayor parte del resto de su tiempo allí, nunca llegaron a estar a la misma altura. Y después de una temporada de 4-12 en 2012 seguida de una campaña de 8-8 el año anterior, todos sabían que era el momento de separarse. Lurie despidió a Reid el 31 de diciembre.
Yo lo viví dolorosamente, pero siendo muy consciente de que la relación con Reid ya estaba muy desgastada, y de que probablemente era beneficioso para ambas partes separarse.
La trayectoria descendente del equipo, la acusación de un ataque demasiado pasador y poco corredor, el hecho de haber fracasado en ganar el gran partido, y sus problemas con el manejo del reloj terminaron precipitando su salida. Los dos casos más sonados de mal manejo del reloj fueron la Super Bowl XXXIX con los Eagles en 2005, y el partido de playoff divisional en 2016 (ya con los Chiefs), curiosamente ambos ante los Patriots.
«Todo no dura para siempre«, dijo Reid. «Así que, ya sabes, todos tuvimos nuestro tiempo allí. Y Jeffrey fue muy honesto con nosotros. Creo que vimos lo que Jeffrey vio. Y a veces el cambio puede ser bueno«.
Reid se marchó de Filadelfia con un récord del equipo de 130-93-1 victorias, más del doble que el siguiente hombre en la lista, Greasy Neale, y un porcentaje de victorias de 58,3%. Lo único que le faltaba era esa esquiva victoria en la Super Bowl.
«No lo hago«, dijo Reid a los periodistas cuando le preguntaron en 2013 si se arrepentía de su paso por los Eagles. «Puedo irme de Filadelfia diciendo que lo di todo«.
MÁS QUE UN ENTRENADOR
Reid tardó sólo una semana en irse con los Chiefs tras ser despedido por los Eagles. Al igual que hizo en Filadelfia, Reid encajó rápidamente en su nueva ciudad y fue querido por su autenticidad y humor. En diez temporadas, ha llevado a los Chiefs a los playoffs nueve veces, y armado con el mejor quarterback de la NFL en Patrick Mahomes, Kansas City ha ganado seis títulos consecutivos de la AFC Oeste.
Lo más importante, finalmente se ha sacado la espinita durante la temporada 2019, cuando los Chiefs superaron a los 49ers de San Francisco en la Super Bowl LIV, 31-20. Aunque pocas personas llegan a ser iconos en una ciudad, Reid se ha ganado esa distinción en dos diferentes localidades. Muchos de sus antiguos jugadores de Eagles le felicitaron entonces, como Brian Dawkins y Donovan McNabb, y muchos aficionados que sangramos en verde nos alegramos de verdad.
GRACIAS POR TODO, BIG RED
Este es el legado de Andy Reid en Filadelfia, un entrenador adorado por jugadores y aficionados, aunque nunca ganara allí el gran partido. No está mal para un semidesconocido hombre desaliñado con bigote de morsa. De hecho, desde su marcha, los dos éxitos más notables (ganar la Super Bowl LII y jugar la LVII) ha sido bajo dos entrenadores que provienen de su escuela, Doug Pederson y Nick Sirianni. Su herencia permanece más de una década después.
En resumen, gracias por todo, Big Red. De corazón. Y por supuesto, ¡Fly Eagles Fly!
José Eladio Fernández