Tras 5 semanas de competición estos Arizona Cardinals son el único equipo invicto. Un 5-0 que no se daba en la franquicia desde el año 1974, cuando los Cardinals estaban ubicados en St. Louis. Sinceramente ni los más optimistas imaginábamos un récord así a estas alturas, si bien veíamos que el equipo progresaba. Para ello vamos a analizar las claves para que esto se haya producido.
Un ataque que mira más allá de DeAndre Hopkins
Si bien Hopkins va a ser el arma más importante para Murray en el ataque, es verdad que veíamos que el abanico de armas debía ser más amplio para tener éxito.
Hopkins, AJ Green, Kirk y Rondale Moore están por encima de las 200 yardas de recepción, lo que complica mucho a las defensas rivales. Por su parte el TE Maxx Williams estaba haciendo su mejor temporada hasta la NFL hasta su lesión de rodilla en el partido vs 49ers. Dice adiós a la temporada.
En carrera hemos conseguido repartir roles claros y esto hace que corramos de manera efectiva. Conner en situaciones de corto yardaje y Red Zone, mientras vemos a Edmonds en carreras zonales y sumando también en el juego de pase.
Si ya el año pasado la OL era buena este año hemos añadido a Rodney Hudson, pues el centro de la línea era una debilidad. Sin duda tener hombro con hombro a un jugador como Hudson da mucha confianza y vemos como Justin Pugh ha recuperado su nivel tras las dudas de la temporada pasada y Josh Jones se ha adaptado a la posición de Guard de manera eficiente.
Yo mismo he de reconocer que no confiaba demasiado en Kingsbury, sobre todo en el play calling, pero su trabajo en estos primeros partidos ha sido muy bueno. Ha mejorado el plan inicial y ha demostrado capacidad para poder ajustar cuando es necesario. Que siga así.
Baby Murray nivel MVP
El nivel de Murray desde su llegada a la liga ha ido creciendo y, aunque aún tiene cosas que pulir, es uno de los jugadores diferenciales de la liga.
Ha mejorado en precisión estando por encima del 75% de acierto en pase, suma más de 10 TD de pase y 4 intercepciones (al menos 3 de ellas evitables). Es capaz de echarse el equipo a la espalda, hace pases en ventanas muy pequeñas, es una amenaza en los 3 niveles del campo y si la jugada se rompe empieza a temblar.
No olvidemos que también suma por tierra, 110 yardas en 30 carreras y 3 TD. Corre en situaciones más concretas o jugadas que se rompen y nunca suele arriesgarse a ser golpeado, lo cual veo muy positivo.
Si queremos optar a grandes cosas tiene que ser con el mejor Kyler Murray, no tengo duda de que aparecerá.
La defensa sigue mejorando
Jamás me cansaré de reconocer el trabajo de Vance Joseph. Si ya el año pasado la defensa tuvo una gran mejora y el año pasado. Pues bien, la llegada de JJ Watt, la vuelta tras lesión de Chandler Jones o el salto que han dado Byron Murphy, Isaiah Simmons o Jalen Thompson hacen que esta defensa esté funcionando tan bien.
Si la posición de CB era el gran punto débil de la plantilla hemos conseguido que con la presión al QB más el buen estado del ya mencionado Byron Murphy, uno de los mejores de la competición por estado de forma, o el rookie Marco Wilson.
En el LB Jordan Hicks recupera nivel gracias a que a su lado está un jugador como Isaiah Simmons, tan diferentes que hacen que sea una pareja muy buena. Por su parte, Zaven Collins va teniendo snaps poco a poco y cogerá el relevo como titular de Hicks la temporada que viene.
Talento joven y veteranía para un defensa que está perfectamente manejada por Vance Joseph.
¿Qué podemos esperar de estos Cardinals?
Creo que no es descabellado colocarlos en playoffs y pensar que pueden luchar la división hasta el último momento con Rams. A partir de ahí cualquier cosa puede pasar en los partidos de enero y no vamos a ser un rival fácil para ningún equipo. Disfrutemos del equipo y el tiempo dirá hasta donde llegamos. GO CARDS!