Julio Jones y Titans

Hay un dicho en la NFL que reza “any given Sunday”, “un domingo cualquiera”. Generalmente, ese dicho se refiere a los domingos de partido, donde cualquier cosa puede pasar. Sin embargo, esta vez es perfectamente válido para ese domingo en el que Quintorris Lopez “Julio” Jones fue traspasado a los Tennessee Titans.

 

¿Es necesario Julio Jones en Titans?

Viendo la off-season que ha tenido el equipo de Nashville, la respuesta es clara: sí.

Los Tennessee Titans perdieron en Agencia Libre a Corey Davis, el WR#2, que se marchó a los New York Jets; a Jonnu Smith, el TE#1, que puso rumbo a New England Patriots; y cortó a Adam Humphries, el WR de slot. Titans perdía así 3 de sus 4 hombres en el juego de pase, dejando a AJ Brown como único WR de fiar en el roster.

Durante la FA y el Draft, los movimientos de Titans tampoco fueron muy encaminados a reforzar estos puestos. Entre los TE no llegó nadie, salvo 2 UDFA. Y en los WR la firma de Josh Reynolds procedente de Rams y las elecciones de Dez Fitzpatrick y Racey McMath en el Draft, que comentamos aquí, tampoco parecían cubrir la necesidad del puesto de WR.

Por todo ello, la llegada de Julio Jones a Titans era necesaria, ya que completa un cuerpo de WR que había quedado muy deslavazado.

 

Julio Jones llega a Tennessee… con el #2. / @Titans

 

¿Qué aporta Julio Jones a Tennessee?

Si alguien aún no conoce a Titans, su juego es “simple”, pero efectivo. La base es un potente juego de carrera gracias a Derrick Henry. La atención que atrae el RB hace que las defensas carguen la caja, abriendo la secundaria. Así, las jugadas de Play Action se vuelven mortales. AJ Brown, Corey Davis y Jonnu Smith hacían que la secundaria rival no se pudiera centrar en ninguno y alguno acabara siempre abierto.

Al marcharse 2 de esas 3 armas aéreas, la defensa del ataque de Titans se volvía demasiado sencilla. Hombres a la caja para parar a Henry y doble cobertura a AJ Brown. Sin un TE referencia y con Josh Reynolds como #2, el ataque de Titans podía quedar fácilmente maniatado.

Pero la llegada de Julio Jones revierte la situación. Titans tiene así un perro de tres cabezas donde las defensas tendrán que elegir. 

¿Personal ligero (5 o 6 DB) para cubrir de cerca a Julio Jones y AJ Brown? Pues Derrick Henry destrozará la defensa por tierra.

¿Personal pesado (8 hombres en caja) para parar a Henry? Pues AJ Brown y Julio Jones quedan en 1 vs 1 para batir la secundaria por aire.

 

Como dice AJ Brown: “disculpen mi lenguaje, pero estáis j*didos” / @1kalwaysopen_

 

Por todo ello, Julio Jones aporta a Titans una versatilidad que habíamos perdido. El ataque se vuelve complicado de adivinar y de cubrir. Derrick Henry cuenta con ayuda para distraer gente de la caja. AJ Brown tiene un compañero que le permite seguir aprovechando su habilidad en el 1vs1 y las yardas tras recepción. Y Julio Jones tiene a Henry y Brown para poder dominar al CB que tenga enfrente. Bienvenidos al infierno, defensas de la NFL.

El fichaje también ayudará a Tannehill. Sus números las dos últimas campañas han sido incuestionables. Pero cuando hubo que echarse el equipo a la espalda (como ante Ravens en Play Offs), falló. Con Julio Jones, Tannehill tiene un clavo al que agarrarse en prácticamente cualquier situación y tener tiempo de recomponerse.

 

 

¿Cuál es el plan de Titans?

Con la llegada de Julio Jones, Tennessee entra en modo “Win Now”. La ventana lleva tiempo abierta, pero el equipo de Vrabel no ha conseguido dar el paso. Con Julio Jones se apuestan todas las fichas al plazo 2021-2023.

Las piezas clave del equipo tienen contrato hasta esa fecha antes de que pueda volverse muy complicado mantenerlos a todos. La situación de Cap Space de Titans tras el trade por Julio Jones no es mala gracias a la reestructuración de Tannehill. Sin embargo, es un movimiento arriesgado y que puede acabar con un desmantelamiento del ataque si las piezas (deportivas y económicas) no se mueven bien en los próximos años.

También se demuestra una confianza ciega en la nueva y todavía no probada defensa de Mike Vrabel y Shane Bowen. El año pasado no acompañó, por lo que la apuesta es aún más alta al ir a ciegas en el lado defensivo.

 

 

Adrián de Blas

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