Dicen que no es posible ocultar lo que brilla a la luz del sol y los altibajos de la ofensiva de Los Angeles Chargers son un claro ejemplo de esto pues el desempeño del equipo del rayo ha sido más inestable que el temperamento de su veterano quarterback, no era raro ver imágenes de miradas de desagrado y gestos de desaprobación partido a partido, pero y ¿qué papel han jugado cada uno de los actores en esta historia?, vamos a ello.
El predecible Ken Wisenhunt
Que como coordinador ofensivo vio su primera oportunidad en 2004 con Steelers equipo con el que ganó el Super Bowl XL en 2006 y en ese partido se dio la que puede ser la jugada más sorprendente de su libro de jugadas y tal vez la única, aquel pase de touchdown de Antwaan Randle El a Hines Ward de un wide receiver a otro. Tomó el lugar que dejó vacante Mike Mularkey que se caracterizaba por ser muy creativo su llamado de jugadas mientras que Ken siempre optó por un plan de juego más conservador y enfocado en el juego por tierra, en 15 años viajando entre el puesto de head coach y coordinador parecía ir evolucionando en su ofensiva e ir mejorando el playcalling pero el desarrollo de las defensivas en una de las ligas más exigentes que existen, llevar el juego con uno de los quarterbacks más veteranos que hay en la NFL y que marca el ritmo del mismo a revoluciones muy distintas a las que se manejan en las bandas del campo ha terminado por costarle el salir de la organización.
La relación Rivers – Wiz en este año fue deteriorándose gradualmente por los resultados con una marcada decisión del capitán sobre la mezcla de jugadas a realizarse en el campo de juego. Acostumbrados los equipos a analizar los desempeños por cuartos de temporada, después de los primeros 4 juegos y una marca de 2 victorias y 2 derrotas vino un giro de timón disminuyendo el porcentaje del juego terrestre que había rendido con creces para pasar de un 42% del total de jugadas a tan solo un 29% en los siguientes 4 partidos y la producción por tierra pasó de un promedio de 135 yardas por juego a un absurdo de 35 yardas por encuentro, pareciera que Ken pasó de ser predecible a ser un simplemente un espectador más del partido.
Shane Steichen la promesa de ser la siguiente mente maestra
Con apenas 8 años de experiencia en la NFL y siendo 4 años menor que su quarterback el joven talento de la Universidad de Las Vegas en Nevada (UNLV Rebels) se enfrenta al primer gran reto de su carrera tomar las riendas de una ofensiva inestable, con una línea ofensiva llena de huecos.
Las señales de mejoría no tardaron en llegar algunas estadísticas reflejaron incrementos que permiten creer que el barco con Shane pudiera volver a la ruta indicada, las jugadas por carrera se incrementaron a un 55% del total, el promedio de yardas por tierra se incrementó de 61 a 152 por encuentro, el total de jugadas ofensivas se incrementó de 60 a 67, los first down conseguidos se movieron de 20 a 25 por partido y las yardas totales aumentaron de 338 a 378.
Un punto clave que está a favor de Steichen es el que durante los últimos tres años se había desempeñado como entrenador de quarterbacks en la organización lo cual sin duda le ha permitido que Philip Rivers y él se conozcan totalmente en busca de generar la química siempre necesaria entre el coordinador y su quarterback.
Philip Rivers, la separación cada vez más cerca
Con 16 temporadas en la NFL y a punto de llegar a los 38 años de edad es un hecho que la gerencia y el staff del equipo deberá de pensar en más temprano que tarde en priorizar el desarrollo de un nuevo talento para reemplazar al capitán número 17 al menos esto parece empezar a rondar en la mente de los fanáticos de los Chargers pues Rivers quien a pesar de estar entre los líderes pasadores de la liga ha preocupado tanto a los coaches, como medios y a los mismos seguidores por el desempeño mostrado en el presente año. Pero más allá de las estadísticas lo que pareciera ser su principal enemigo es la falta de tranquilidad a la hora de ejecutar en el campo de juego y los errores que esa poca claridad le han llevado a cometer.
Ya durante la temporada baja el representante de Philip abrió el debate al declarar que este pudiera ser su último año con los Chargers y cada vez es más frecuente escuchar rumores sobre un plan para el cambio generacional en los controles de la ofensiva californiana.
Lo cierto es que semana a semana el quarterback suma más marcas a su carrera, pero también más detractores y los fanáticos esperan que los cambios ya hechos no sean demasiado tarde para la presente temporada.
Por @Juande_C