Tras un bochornoso encuentro contra los Minnesota Vikings en la Week 1 de la NFL, los Atlanta Falcons se presentaron en el Mercedes-Benz Stadium con un solo fin, aumentar la dureza. Y es que el primer partido contra los Vikings parecía demostrar que los Falcons o bien estaban aún pensando en sus vacaciones, o que los errores del año pasado no se habían pulido en absoluto.
Los Minnesota Vikings dieron una muestra de fuerza en ataque logrando más de 140 yardas de carrera contra una defensa que debía reorganizarse tras un duro golpe la pasada campaña. Y es que los Vikings demostraron una gran cantidad de flaquezas del juego de Atlanta, sobre todo con la defensa que no logró desbaratar el juego ofensivo de Minnesota.
El inicio del cambio
Es por esa razón que el equipo de Atlanta se les presentó una oportunidad el pasado domingo de reencontrarse con la victoria frente a su afición. De hecho, lo logró dejando buenas actuaciones contra los Philadelhpia Eagles, un durísimo rival, con talento y mucha habilidad.
Y es que “El duelo de las aves” como se le conoce al match up entre los de Philadelphia y los Falcons, siempre mide a dos conjuntos muy parejos en nivel de jugadores. Dos grandes defensas, y dos grandes ataques, es decir, espectáculo asegurado. Esta vez también lo hizo, pero el guión al que estamos acostumbrados en el que los Falcons deben anotar en los últimos segundos del partido para ganar, cambió.
El enfrentamiento terminó con un placaje de Isaiah Oliver sobre Zach Ertz que terminó de firmar una gran actuación del lado defensivo de Atlanta. Y es que este tipo de jugadas normalmente terminaban al revés, un claro ejemplo era el de Ronald Darby deflactando un pase en la end-zone para Julio Jones el año pasado. Esta actuación cerraba el partido en la semana 1 de 2018 y los Eagles se llevaban el partido.
Esta vez eran los Falcons los que anotaban gracias a un touchdown de Julio Jones emulando la misma jugada que le dio su primero el año pasado contra los Redskins. Los Falcons vencían así, en el Mercedes-Benz Stadium, con un marcador de 20-24 a unos difíciles Philadelphia Eagles.
Aprender y evolucionar
Los Falcons del 2019 están empezando a pulir una serie de errores que en la anterior campaña fueron decisivos para firmar una mala temporada. Es en la defensa dónde este artículo se quiere centrar, sobretodo la defensa que jugó contra los Eagles. Si recordamos la defensa que se plantó en Minnesota en la Semana 1 de la NFL, este artículo no estaría escrito des del optimismo precisamente.
Un claro ejemplo es el que comentaba el analista Brian Baldinger en su cuenta de twitter. Este explicaba en su cuenta de twitter la primera jugada ofensiva del partido de Atlanta que abría el encuentro como un “eye opening” debido a que la línea ofensiva de atlanta parecía estar “empujando” la defensa de los Eagles por todos lados. Además, añadía y lanzaba una pregunta a los cielos y decía “¿Es este un nuevo comienzo para los Falcons?”.
Una mejora primordial
En comparación al partido de la primera semana, la defensa de los Falcons pareció otra totalmente distinta. Fue contra los Vikings donde el equipo entero, tanto defensiva como ofensiva estuvieron en una mala sincronía y aun pensando en sus vacaciones de la offseason. Con una actitud muy distinta parecieron llegar los Atlanta Falcons al Mercedes-Benz Stadium el pasado domingo contra los Eagles. Pues la defensa de Quinn, parecía no conocer otra motivación que destrozar tanto en cuerpo y alma a Carson Wentz.
El quarterback de Philadelphia, tal y como se refirieron los expertos en el podcast de “The Falcons Audible: Unwrapping the Falcons’ first win”, recibió algo parecido a una paliza física de golpes. Y es que, tanto Takkarist Mckinley como Vic Beasley, firmaron un partido excelente. Fue tanta la presión que Wentz recibió durante el partido, que hasta Josh McCown entró para sustituirlo y darle un pequeño respiro.
Los seguidores de Atlanta pueden reafirmarse en la decisión de Quinn cuando decidió darle una segunda oportunidad a Beasley al ejercer la opción del quinto año de su contrato rookie. Takkarist Mckinley fue otro jugador que firmó una gran noche el pasado domingo contra los Eagles. Sus irrupciones en el backfield de los de Pensilvania fueron acertadas y su presión al tackle fue en muchos momentos decisivo para frenar la carrera de Philly.
Las lesiones
A continuación, me gustaría entrar en detalle en un factor que según el exjugador y comentarista de Undisputed (9.16.19) Shannon Sharpe enfatizó junto a Skip Bayless. El ex-tight end de los Broncos y Ravens dijo que la derrota de Filadelfia se debe principalmente a las lesiones, un factor importantísimo. Y no miento al decir que, desde mi punto de vista, Shannon Sharpe no va tan desencaminado.
Tanto DeSean Jackson, Alshon Jeffrey y Dallas Goedert no jugaron, y se tratan de jugadores de gran nivel y, algunos de ellos, veteranos. Por la misma razón los firmaron una de sus peores temporadas el año pasado y los Eagles parecen estar pasando por la misma suerte. Pero también se debe tener suerte en esta liga, y no se debe quitar mérito a una buena actuación de Atlanta, sobretodo en defensa.
El staff técnico y la madurez
La nueva defensa de Atlanta o el “comeback” de la misma, firmó una buena vuelta a su “old self” cuando apisonó al ataque dañado de Philly. Y es que no solo se debe dar esta victoria a los jugadores de la defensa, también se debe reconocer el buen gameplan que Quinn organizó para este partido. Junto a sus coordinadores en la D-Fence, la defensa de Atlanta supo cómo sacar de la comodidad de una gran protección que Carson Wentz recibe con su línea ofensiva.
Aprendiendo de los errores de anteriores encuentros con los Eagles, el staff técnico de Atlanta dio una muestra de madurez en aquel partido. La presión tanto de Takk y Beasley, se le debe sumar la de Allen Bailey y Grady Jarrett, quienes ejercieron su poder en el epicentro de la defensa. Y es que es la línea defensiva la principal causa por la que la defensa de Atlanta prevaleció sobre el ataque de los de Pensilvania.
La secundaria versátil
Junto a esta defensa, la secundaria también tuvo brillantes actuaciones que decidieron el partido y que dieron a Atlanta una merecida victoria. Truffant puede ser el jugador que en un principio aparece en los stats como la estrella del encuentro con sus dos intercepciones. Aun así, también se pudo ver a Ricardo Allen o Keanu Neal mucho más acertados que en el previo encuentro, al ejercer mucha presión sobre Wentz.
Pero como se ha mencionado anteriormente, el gameplan defensivo de Quinn supo anular a un grandísimo jugador como es Wentz y a una ofensiva potente. No sólo fue la presión al quarterback un factor importantísimo, también lo fue la fuerza con la que se paró el juego de carrera. Philadelphia logró tan sólo 49 yardas totales de carrera contra los Falcons, un dato sorprendente viniendo del partido contra Vikings. Y es que, en el anterior encuentro, pareció que las habilidades de la defensa de romper los bloqueos eran nulas.
Aumento de intensidad
Otra visión nos han dado estos Falcons en el encuentro contra los Eagles, que no solo aumentaron su dureza, sino también su potencia y agresividad. Una muestra de su verdadero potencial al que estaría bien acostumbrarse si confiaramos en las palabras de Quinn durante la pretemporada.
Esa actitud fue la que dio identidad a la defensa de los Seahawks que entrenó Quinn el año que ganaron la Super Bowl. De hecho, esa fue la identidad de ese equipo, un proyecto que se asemeja en algunos aspectos a estos Falcons que deben encontrar su “mojo”. Es una defensa que nos ha demostrado que, con una buena preparación y planteamiento, puede llegar a ser la fuerza principal de este equipo.
Al César lo que es del César
Puede que mis hipótesis sean un poco o muy optimistas, pero la actuación contra los Eagles y la maduración del staff técnico, fue realmente mayúscula. Es un primer paso para pulir la defensa y empezar a construir un proyecto que Quinn lleva tiempo intentando implementar.
Además, no sólo triunfaron los jugadores titulares, en la defensa también vimos a distintos jugadores, dar un paso adelante y mantener la compostura previa. Estos jugadores que no empezaban como titulares son primordiales para el triunfo de esta defensa. En este caso sus actuaciones deben mantenerse con la que se establezca y presionar a los jugadores que tengan delante de sus posiciones.
Tradición que se debe asentar
Esperemos que esta tónica que el equipo acaba de iniciar, pueda servir de premisa para un futuro cercano. La intensidad y agresividad de la de defensa de Atlanta debe mantenerse si quiere poder lograr hacerse un nombre por sí misma. También es importante que logren entorpecer el ritmo del rival para así capitalizar en turnovers los errores que se cometan.
Un buen inicio pudo ser contra los Colts este domingo en el que se pudo ver en parte esa ansia y agresividad por dominar la ofensiva rival. Aun así, la debacle cayó sobre los de Atlanta y la ofensiva de Indy desbarató su gameplan. Aun así, el análisis del partido contra los Colts debe verse con más perspectiva y alejados de las emociones del post-partido. Una cosa es clara, y es que la voluntad de la “renovada” defensa de Atlanta debe ser que las ofensivas rivales se sientan incómodas ante un asedio constante. Esa parece ser la tradición que Quinn podría implementar en una defensa joven, hábil y decidida a dominar.