¡Oh, Capitán, mi Capitán! Nuestro azaroso viaje ha terminado;
El barco capeó los temporales, el premio que buscamos se ha ganado;
Cerca está el puerto, ya oigo las campanas, todo el mundo se muestra alborozado,
la firme quilla siguen con sus ojos, el adusto velero tan audaz.
Pero, ¡Oh, corazón! ¡Corazón! ¡Corazón!
Oh, se derraman gotas rojas
en la cubierta donde yace mi Capitán
caído, frío y muerto.
¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán! Levántate y escucha las campanas;
levántate —por ti la enseña ondea— por ti suena el clarín;
por ti son las guirnaldas y festones —por ti se apiñan gentes en la orilla;
por ti claman, la inquieta masa a ti se vuelve ansiosa.
¡Escucha, Capitán! ¡Querido padre!
Te pongo el brazo bajo la cabeza;
Un sueño debe ser que en la cubierta
hayas caído frío y muerto.
Mi Capitán no contesta, están sus labios pálidos e inertes;
Mi padre no es consciente de mi brazo, no tiene pulso ya ni voluntad.
El barco sano y salvo ha echado el ancla, el periplo por fin ha concluido;
del azaroso viaje, el barco victorioso regresa logrado el objetivo.
¡Exultad, oh, costas!, y ¡sonad, oh, campanas!
Mas yo, con paso fúnebre recorro
la cubierta donde yace mi Capitán
caído, frío y muerto.
Este poema de Walt Whitman traducido por Tino Clandes para la página de Wikipedia en español refleja perfectamente mis sentimientos hacia ti, James.
El año pasado cambiaste los colores azul y dorado de los Rams por el dorado y negro de los New Orleans Saints. Fuiste junto a Chris Long y Robert Quinn la cabeza visible de los últimos años del equipo en Saint Louis. Tú, tu carácter, la posición en la que jugabas y el número que portabas en la camiseta, la pasión con la que se te veía en el campo y las buenas sensaciones que dejabas anclando el centro de la defensa desde el medio de la línea de linebackers.
Con una nota, una imagen colgada en tu perfil de Twitter nos hiciste saber que lo dejabas.
— James Laurinaitis (@JLaurinaitis55) April 11, 2017
Y fue una gran desilusión para mí. Pero las lesiones te acabaron mermando.
Una pena, me encantaba verte en el centro de la defensa, comandando con ese 55 que tanto me había llamado la atención la primera vez que te vi. Realmente me fastidia mucho que no hayas jugado más, y más aún que no te hayas retirado como jugador de los Rams.
Espero que, de verdad, alguien sienta lo que tú me has hecho sentir cuando veía al equipo, muchas veces revisionando los partidos por el simple placer de verte dejarlo todo cada vez.
Salve atque vale James.
Pedro Tofé (@RamsSpain)