Con la temporada sobrepasando su ecuador, y todos los equipos habiendo disputado al menos 8 encuentros, es buen momento de pararse a reflexionar sobre qué nos está dejando la presente campaña NFL, la tan anunciada de su centenario. Se podría aplicar la paradoja del vaso medio lleno o medio vacío.
A algunos les invadirá la tristeza de pensar que ya se ha consumido la mitad del campeonato. Tanto tiempo esperando y después pasa volando como un suspiro. A otros les podrá la ansiedad de ver quién llega al final del recorrido con la vitola de favorito. Quienes remontarán y quienes se hundirán. Que no se desesperen los unos ni se entusiasmen los otros. A esta NFL todavía le queda mucha tela que cortar.
El vaso medio vacío de la AFC
La tradicional hermana pobre de la NFL este año lo parece aún más todavía. ¿Queréis saber qué equipos tienen de momento plaza en playoffs? Buscad aquellos con balance positivo. Solamente 6 de 16. En líneas generales, el juego desempeñado por los equipos de esta conferencia está resultando bastante pobre, o como mínimo, irregular.
La antaño poderosa división Norte apenas suma 12 victorias entre sus 4 componentes, portando los Bengals la ignominia de no llevar todavía ninguna victoria. Al Este, en el tradicional país de los ciegos que componen los equipos que no se llaman Patriots, los Bills parecen el tuerto que se postula para wildcard. En el Oeste, la desgraciada lesión de Mahones no parece poner en apuros el liderato de Chiefs, ya que ni Raiders ni Chargers se muestran con la solidez esperada, especialmente en estos últimos. Por el Sur, la contumacia de errores entre sus miembros al menos aporta una electrizante emoción que sospechamos se prolongará todo el torneo.
No obstante, no nos dejemos llevar por el tópico de considerarla el jardín particular de los Patriots. Un casting de equipos pugnando por ser los derrotados en la Final de Conferencia en Foxboro. El juego de Nueva Inglaterra está resultando brillante, y no es culpa suya que sus rivales anden desorientados. Tampoco os dejéis engañar por su derrota en Baltimore. El típico truco del viejo zorro Belichick, confiando a su presa para cazarla en postemporada.
Se nos ha pinchado el ilusionante globo de los Browns. Los Chargers parecen envueltos en un círculo vicioso de altibajos. A los Steelers les pesan demasiado sus bajas. Tan sólo Oakland parece emerger del decepcionante nivel conferencial. No parece que para la segunda mitad liguera surjan nuevos contendientes. Las lesiones, como siempre ocurre, han tenido su impacto, pero paradójicamente, es posible que Chiefs salga reforzado tras aprender a sobrevivir sin Mahomes.
El vaso medio lleno de la NFC
En partidos interconferenciales, la Nacional domina a la Americana 24-17. Visto así, tampoco parece tanto. Su superioridad se basa más en sensaciones. Si bien cuesta encontrar en la Americana quien haga frente a Patriots, en la Nacional, tanto 49ers, Packers o Saints, podrían mirarles directamente a los ojos.
Los de San Francisco son los únicos invictos de la competición. Las buenas vibraciones transmitidas al inicio de la temporada se han visto confirmadas y acentuadas. Los Saints se han sobrepuesto a quienes querían enterrarles. De estos equipos nadie cuestionaba sus ataques, pero están sorprendiendo con sus defensas; y ya sabemos que esto en postemporada paga dividendos. Los Packers por su parte cada vez se están volviendo menos “Rodgersdependientes”, lo cual sólo puede ser positivo.
El paso de estos equipos es firme, pero varios lobos les acechan. Minnesota ha redescubierto el valor de la carrera, lo que combinado con su siempre incómoda defensa les convierte en muy peligrosos. La NFC Oeste es un polvorín. Seattle, a trompicones pero con mucho oficio consigue sacar adelante sus partidos. Rams conserva destellos de la magia que le llevó a la SuperBowl. Los renacidos Cardinals tienen la mala fortuna de estar encuadrados en la división más potente, pero su juego merece más.
Y no nos olvidemos de Eagles y Cowboys, equipos con potencial y talento para dar más de un susto. Ni aparquemos a Carolina, agazapados a la espera del regreso de su “black-Panther” particular Cam Newton. La NFC es un campo minado, que promete emociones fuertes de aquí al final. Pero tanto esplendor no deslumbrarnos al punto de ocultar sus miserias. Bears y Falcons están resultando sonadas decepciones. Redskins ya ha despedido a su entrenador. El triunfo de unos es la desgracia para otros, y este principio se aplica para ambas conferencias.
El vaso medio vacío de las lesiones
La dureza de la NFL no es nada nuevo. Cada año debemos lamentar las bajas de jugadores de contrastada calidad, que sin duda, la harían una liga todavía más competida. Hemos perdido a J.J. Watt (quien sabe si definitivamente tras 3 años consecutivos de serias lesiones), a Mosley, a Neal, a Green, a McGlinchey, a Pouncey… ausencias en todos los equipos y en todas las líneas, pero ningunas con tanto impacto como las de los quarterbacks.
Brees, Roethlisberger, Mahomes, Flacco, Trubisky, Newton, Foles, Ryan, Darnold,… solo llevamos media temporada y bien por lesión o decisión técnica, la mitad de los equipos ya han hecho titular al menos a dos de sus quarterbacks. Mientras algunos han sucumbido, otros han sabido reinventarse. De aquí la importancia cada vez mayor de tener un QB2 de garantías. Bridgewater lo hizo bien en New Orleans, y Allen está manteniendo vivos a los Panthers. Minshew no sólo ha hecho olvidar a Foles, sino que su estilismo está creando tendencia. Pero por desgracia para sus intereses, los Falk, Daniels, Rudolph, Schaub… no han hecho olvidar a los titulares de sus respectivas plazas.
Otra circunstancia interesante son los cambios de quarterback por decisión técnica, cada vez más frecuentes. En Miami han alternado Rosen y Fitzpatrick. En Tennessee ahora el titular es Tannehill. Parece ser que en Washington han decidido alinear a Haskins, esté preparado o no. Y en Giants, Manning ha cedido la corona a Jones. Bengals también sentará a Dalton tras 9 años como titular. Para estos veteranos destronados, el vaso ya no sólo está vacío. El vaso está seco, y guardado en la vitrina.
El vaso medio lleno de la cordura arbitral
No suele ser normal alabar la labor de los árbitros, pero en este caso creo que la ocasión lo merece. En pretemporada nos echábamos las manos a la cabeza ante el disparate que nos parecía la decisión de NFL de permitir hacer revisables las interferencias de pase. Para solucionar un error, grave pero creo que aislado, se estaba generando un problema de mayores dimensiones. No sólo la pérdida de tiempo en las revisiones, sino la subjetividad de determinar a cámara lenta cuándo un contacto impedía o facilitaba una recepción.
La realidad sin embargo, parece haber disipado nuestros temores. Si un porcentaje de rectificación en la decisión tomada en campo apenas del orden del 15% de las jugadas desafiadas no desanima a los entrenadores a seguir pidiendo challenges, no sé qué podrá hacerlo. Deberían valorar si, además de sentirse “perjudicados” por una incorrecta decisión arbitral, les compensa perder un tiempo muerto y un challenge. Espero que de aquí en adelante reine la cordura, y se recupere esta jugada como lo que es, un lance más del juego sujeto a la interpretación del colegiado, que unas veces hará felices a unos, y otras a otros.
Vaso más vacío que lleno con los nuevos entrenadores
Sin entrar a valorar entrenadores que estrenaban banquillo pero con experiencia en el puesto, como Arians o Gase, lo cierto es que las nuevas caras están dejando más pena que gloria. Si exceptuamos a Kingsbury en Arizona, sobresaliente en su gestión con Murray pese a lo mal que pintaba en pretemporada, el resto están decepcionando. Taylor aún no conoce la victoria en Cincinnati, y Flores acaba de obtener la primera la pasada jornada con Miami.
A Kitchens parece que se le está haciendo grande la responsabilidad de head-coach en Cleveland, y similar caso puede decirse de Fangio en Denver. Ser excelentes coordinadores, ofensivo y defensivo respectivamente, no garantiza éxito en el escalafón superior. Por el contrario, LaFleur da la impresión de haber acertado con la tecla que necesitaban los Packers. A Callahan, sustituto de emergencia de Jay Gruden, nadie puede culparle de la marcha de los Redskins.
Se antojan lejanas las innovaciones de años anteriores con McVay o Shanahan. Tengo la impresión que esta promoción de nuevos entrenadores 2019, en líneas generales, no tendrá demasiado porvenir.
Vaso medio vacío con los kickers
Siempre se dice que “este año los kickers están fallando más que nunca”, pero es que esta vez es verdad. Hasta la jornada 8 se habían fallado 121 patadas (extra-points y field-goals) cuando la más errática desde 1995 fue la 2001 (109 fallos).
Hasta el momento, 3 kickers han sido cortados: Bryant (Falcons), Nugent (Patriots) y McLaughlin (Chargers). El tembleque de piernas en instantes decisivos no perdona ni a jóvenes como Pineiro (Bears), ni a contrastados veteranos como Vinatieri (Colts). Incluso el infalible Tucker (Ravens) envió el pasado domingo un extra–point al limbo. Quizá sea el momento de empezar a valorar más esta demarcación en todos los ámbitos de la NFL. Desde la formación, hasta los entrenamientos, tanto en su mecánica, como el aspecto mental.
Vaso medio lleno con los rookies
Afortunadamente, cada año, la savia nueva que entra a la NFL, nos insufla de esperanza. Nick Bosa ha llegado como un ciclón, pero Allen, el DE de Jacksonville, lleva tantos sacks como él (7) y más placajes. Bush, el ILB de Pittsburgh, está entre los máximos placadores de la competición. La secundaria de Green Bay ha echado mucho en falta al safety Savage, ausente por lesión. Quizá estos sean los más destacados en cuanto a números, pero otros novatos están realizando también destacadas actuaciones, como el DT Lawrence en Giants o el DE Burns en Panthers.
Y si esto es en defensa, ¡qué decir del ataque! Murray está respondiendo a las expectativas como pick#1 del draft, y eso que éstas eran elevadas. Cuando los Giants eligieron al QB Daniel Jones en el pick#6 muchos se rieron. Ahora ya se ríen menos. Minshew, elegido en 6ª ronda, era un parche para cubrir la lesión de Foles. Ahora se postula como titular con total merecimiento. Jacobs, el RB de Raiders, está entre los mejores de su posición en toda la NFL. La temporada de Redskins está decepcionando, pero McLaurin apunta a ser un WR muy interesante. Lo mismo se puede decir de Metcalf en Seattle, o Hardman en Kansas City, ambos en continua progresión.
El escenario salarial de la NFL favorece que estos novatos, con contratos la mayoría de ellos muy inferiores a los veteranos, cada vez tengan mayor presencia en sus respectivos equipos desde el principio de sus carreras. Especialmente evidente en el caso de los quarterbacks, se traslada a todas las posiciones, incluso a la de kicker con las buenas de actuaciones de Gay (Buccaneers) y Seibert (Browns). Para todos los aficionados, siempre resulta un agradable soplo de aire fresco.
Vaso que se desborda con Spanish Bowl
No puedo terminar este resumen de mitad de temporada sin mencionar el espectacular crecimiento de nuestra web. A los contenidos, cada vez más interactivos como el simulador, más analíticos como las estadísticas de profootballfocus, o más pegados a la actualidad como las previas y las crónicas post-partido, hay que sumar artículos enormemente atractivos, no solamente sobre cada equipo, sino sobre temas genéricos que rodean la NFL y no siempre reciben por los medios la atención que merecen, como el problema de los golpes en la cabeza, o acercarnos al mundo de los long-snappers.
Pero sobre todo, el auge que está adquiriendo Spanish Bowl Radio es imparable. Mención especial para la serie de retransmisiones en los juegos de Londres. Nuestros compañeros nos han traído la emoción, información y diversión como si realmente estuviésemos allí. Las entrevistas a jugadores, con ese micrófono de Spanish Bowl en el atril, marcaron un hito en nuestra emisora internáutica. Muchas gracias por vuestro generoso esfuerzo por hacernos vibrar con el universo de sensaciones que nos provoca nuestro entretenimiento favorito.